Recorrer el territorio argentino de Norte a Sur es un privilegio. Y en la variedad de sus 3.500 km. radica su belleza. Buenos Aires, su capital, tan nostálgica como el lamento y el grito de amor que fluye del bandoneón. Ciudad de construcciones coloniales, neoclásicas y modernas donde conviven por igual el arte, la historia, el fútbol, el tango, la moda y la gastronomía. Acaso la más europea de las capitales sudamericanas. Por eso la seducción es inevitable y parece no tener fin.
Aquí sienta cátedra la palabra y la música que hace cuerpo en el tango, la milonga y el rock. Así es como un recorrido sugiere las tanguerias al aire libre en el barrio La Boca, los cafés de Palermo, las míticas librerías repartidas por toda la ciudad y los restaurantes chic de Puerto Madero.
A orillas del Río de la Plata se dan la mano la cultura y el espectáculo. Sin duda, la capital bonaerense emociona en sus innumerables museos, teatros y librerías. De referencia obligada es la avenida Corrientes, en cuyos bares y cafés aún queda la huella de la evolución del tango a principios y mediados del siglo XX, hoy punto de encuentro de los teatros emblemas. En la infinita calle La Florida ni la vista ni los pies se cansarán de encontrar de todo: desde una confitería, una galería de arte, hasta las boutiques más internacionales. San Telmo y Monserrat son puntos estratégicos para apreciar la vida bohemia, al tiempo de que en cada rincón de la urbe es posible ser testigo de cómo los porteños definitivamente logran combinar magistralmente la vida diurna y nocturna.
Ya en las afueras, la provincia de Buenos Aires muestra el hábitat natural del gaucho y su caballo. Puede contemplar el horizonte pleno de cultivos y las infinitas dunas de arena blanca. Mientras que el Delta del Paraná regala la tranquilidad en el sonido de los pájaros y las aguas inmóviles. Imperativo es probar el típico asado de carne vacuna, una buena copa de vino y los infaltables alfajores.
En los confines del mundo
Desde el cálido clima tropical y su colorida vegetación, hasta el frío polar en los glaciares, Argentina ofrece hermosos contrastes. En el Norte la parada es en las cataratas del Iguazú, consideradas unas de las maravillas del mundo. La majestuosidad del paisaje, así como su abundante flora y fauna lo convierten en un lugar único. Un importante patrimonio cultural yace en Córdoba, corazón del país, mientras que en la cosmopolita Bariloche lo ideal es experimentar la nieve más allá del cerro Catedral.
Como los entendidos dicen que el fin del mundo está en la Patagonia Argentina, quedará atónito con la presencia de los glaciares y las ballenas en la Península de Valdés. Pero en el glaciar Perito Moreno, situado en el Parque Nacional Los Glaciares, sentirá una profunda paz y silencio ante una imponente masa de hielo, en plena naturaleza virgen. Y en los confines de la ciudad más austral de Argentina, Ushuaia, será posible tener un contacto inédito con el mundo terrenal.
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