Muchas son las bondades que tiene Venezuela cuando de nuestras bellezas naturales hay que hablar, y si la pregunta viene de algún visitante extranjero, se nos llena el pecho de aire y no perdemos la oportunidad de convertirnos en unos expertos en materia turística para detallar y ofrecer nuestro país. En esta oportunidad quiero aportarles a su agenda turística una serie de paraísos naturales que tenemos en las costas venezolanas, parajes y rincones escondidos perfectos para encontrar tranquilidad y alejarnos del bullicio. Empecemos haciendo un recorrido desde el Estado Falcón: pasando el Cabo San Román por el lado de la Costa Oeste de la Península, vas a encontrar médanos blancos que caen a las orillas del mar en unas playas de ensueño, solitarias y dueñas de una belleza y color excepcional, todos los días cambia su topografía pues las dunas de arenas se mueven constantemente, por lo cual repetir el lugar vale la pena porque te hace sentir que estás visitando playas nuevas y desconocidas. Bajando hacia la parte norte de San Juan de los Cayos, se encuentra Los Taparos, otro rincón bien escondido que cuenta con más de dos kilómetros de arenas, paraje de tranquilidad, paz y sosiego cuyo acceso se realiza a través de una carretera de tierra que no lleva mucho tiempo conseguir.
En el Parque Nacional Morrocoy podemos encontrarnos con Playa Mayorquina, a la cual mucha gente confunde pues no es un cayo, es una playa de tierra firme con acceso a través de la mar, como dirían los pescadores. Sus aguas son cristalinas y muy tranquilas pues están protegidas por arrecifes de coral: una de las playas más bonitas que tiene Morrocoy. En el Estado Anzoátegui nos deslumbraremos con acantilados y ensenadas de aguas tranquilas pobladas de delfines sin tener que contar con expertos marinos ni navegar con GPS para conocerlas. Playa el Faro se encuentra en una de estas bocas semi-cerradas en la zona mejor conocida como Chimana Segunda, según los locales, una de las playas más bonitas del sector y con mayor afluencia turística pues se consiguen restaurantes, sillas y sombrillas. También en la travesía por la zona se puede conocer Playa Isla Cachicamo, más cerca del embarcadero de Pamatacualito, poco después de la población de Guanta, una extraña isla montañosa que ofrece playas solitarias de aguas cristalinas muy tranquilas, un mar de suelo plano excelente para disfrutar de paz, soledad y hermosos atardeceres. Si vamos para el Estado Sucre, que tiene la friolera suma de más de 700 kilómetros de playas, más costa que muchas islas del caribe juntas, la verdad es que las posibilidades son infinitas, puedes conseguir desde pequeñas ensenadas vírgenes hasta playas con fuentes de aguas termales poco visitadas: llegando al pueblo de Guacara, muy cercano al complejo turístico Manzanillos, debes seguir a mano izquierda el camino hacia Playa Escondida, una carretera de suelos rojizos que desemboca en una espectacular bahía semi-cerrada. Sus aguas son sin oleaje, muy calmadas y la gente local es su única población. En esta misma zona, para los más aventureros encontramos Playa Sipara, no recomendada en época de lluvia porque la carretera es difícil de transitar. Al llegar disfrutarás de una playa muy amplia, su suelo está cubierto de conchas marinas y pequeños corales que arrastra el agua hacia la orilla, es una playa de mar abierto y su oleaje es generalmente fuerte, aunque existe una parte más tranquila hacia el lado occidental en donde verán ubicados a los pescadores. Está rodeada de cocoteros y uveros que la hacen fresca y agradable, los lugareños son cordiales con sus escasos visitantes, es un rincón verdaderamente privilegiado.
Julio Arnaldes
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